En una boda religiosa, tenemos muy presente que es posible que la iglesia donde se celebrará la ceremonia tenga la exclusiva de las fotografías y los vídeos y quizás de también de las flores; es decir, que tan sólo los fotógrafos y floristerías que la parroquia nombre, son los que van a poder acceder ese día al templo.
En ocasiones ocurre lo mismo con la música, pero esto puede suceder de dos maneras:
Exclusiva en la formación instrumental.
Puede que en la parroquia donde os caséis haya un coro. Suelen ser coros de gente aficionada a la música, pero sin estudios musicales. Ensayan una o dos veces por semana un repertorio clásico-religioso cerrado (no suelen admitir peticiones de los novios) y las voces de sus integrantes no son las de un tenor o una soprano profesional que ha dedicado muchos años de estudio a trabajar la voz. Por hacernos una idea, para lograr lo que hace una soprano profesional se necesitan más o menos diez voces amateurs. El precio suele ser medio-alto y el resultado más bien pobre y sobre todo, toda la música de ese día sonará muy parecida.
Por otro lado puede que lo que os propongan en la iglesia sea un organista y música de órgano, incluso que ya vaya incluido en el precio de la parroquia. En este caso sí será un músico profesional, pero es cierto que no a todo el mundo le gusta la música de órgano, o sí gusta, pero no para toda la ceremonia y en cambio lo que los novios prefieren sea que además suenen violines, flautas, violonchelos…
Exclusiva en el repertorio musical.
En este caso puede que la parroquia no os imponga ninguna formación instrumental, podréis contratar a los músicos que queráis pero que no permita otro repertorio que no sea el religioso, es decir, nada de bandas sonoras, ninguna versión de vuestra canción preferida etc. En este caso no queda más remedio que ver qué piezas de este repertorio son las que más os gustan e introducirlas de la manera más bonita posible.
Si bien estas «exclusivas» se siguen produciendo de vez en cuando, percibimos que cada vez son menos las condiciones que imponen los oficiantes. En los últimos dos años casi todos los sacerdotes con los que hemos trabajado se han mostrado muy flexibles al tema musical e incluso muchos nos han felicitado por nuestro trabajo al acabar la ceremonia.
Es muy importante que, antes de contratar la música para vuestra boda, habléis con el sacerdote para ver qué tipo de «exclusiva musical» tiene vuestra parroquia.
En Grupo Swan contáis de manera gratuita con la figura del musicólogo. Tras vuestro primer contacto con el sacerdote será el musicólog@ quien se hará cargo de que el sacerdote apruebe el repertorio que va a sonar, así como estructurar con él la música de la ceremonia para que todo salga a la perfección.
Si queréis más información podéis contactar con nosotros en www.gruposwan.com