En general, lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en la música de una boda, son esos acordes típicos que suenan en la entrada y salida de los novios. En muchas películas y series y en cientos de las bodas a las que hemos asistido suenan los acordes de unas marchas nupciales y casi siempre son las mismas; ¿cuales son esas músicas que siempre suenan en una boda? ¿por qué tradicionalmente se usan y en qué momento? ¿tenemos que incluirlas obligatoriamente al preparar el repertorio de la música de una boda?
Básicamente esas canciones que tanto hemos escuchado y que enseguida asociamos a una boda son dos: La marcha nupcial de Felix Mendelssohn y la Marcha Nupcial de Richard Wagner, pero ¿fueron en su origen marchas nupciales?, ¿se compusieron para ser tocadas en una boda?, vamos a ir paso por paso desgranando cada una y el descubriendo el por qué de su uso en un enlace matrimonial.
La marcha nupcial de Felix Mendelssohn.
Esta obra es un fragmento del ballet Sueño de una noche de verano, obra que toma su nombre de la del escritor William Shakespeare, compuesta por Mendelssohn en 1842. Se trata de un ballet en dos actos y, en el segundo de ellos, se representa la escena de una boda, momento en el que suena esta música.
Sin embargo, esta situación nupcial del ballet no es la única razón para haber convertido esta música en uno de los números uno de las bodas, sino que se hizo tremendamente célebre el 25 de enero de 1858, formando parte del repertorio de la boda real entre Victoria de Sajonia y Federico III de Alemania. Esta fue la primera vez que se usó el famoso fragmento del ballet de Mendelssohn en una boda y fue elegida porque la madre de la novia, la reina Victoria de Inglaterra, era fan del compositor alemán. A partir de ese día todas las parejas han querido usar esa música en su boda y se ha convertido en una tradición.
Como última curiosidad en Inglaterra se suele usar como salida nupcial y no como entrada de la novia, tal y como hicieron los monarcas ya citados.
La marcha nupcial de Richard Wagner.
Esta pieza es conocida como el Coro Nupcial y es un fragmento de la ópera Lohengrin que el compositor alemán Richard Wagner escribió en 1850 y se ha convertido en una pieza tremendamente popular en todos los enlaces matrimoniales.
Aunque no se trata de una pieza religiosa es muy habitual que suene en todas las bodas católicas del mundo occidental, sin embargo, en bodas hebreas y luteranas, se suele excluir esta pieza debido a la asociación del compositor alemán con el régimen de III Reich de Adolf Hitler; está asociación hay que tratarla con cautela, sobre todo en lo que a Wagner se refiere, ya que hay que tener en cuenta que el compositor alemán murió cincuenta años antes de que Hitler fuera proclamado Führer de Alemania, nunca Wagner conoció ni tuvo intención alguna de poner música al ejercito de Hitler.
En el tercer acto de la ópera, un coro canta a los recién casados y protagonistas de la ópera, Elsa y Lohengrin, momento en el que Wagner indica en la partitura: La introducción de esta música representa el alegre sonido de la fiesta de una boda. Al levantarse el telón el escenario de la cámara nupcial está en el centro y al fondo el lecho nupcial ricamente decorado; suena una música desde detrás del escenario, el cántico, al principio lejano, va aproximándose.
Treulich bewacht bleibet zurück, ¡Cobijados en la fidelidad, permaneced aquí,
wo euch der Segen der Liebe bewahr’! donde os protegerá la dicha del amor!
Siegreicher Mut, Minne und Glück La valentía victorioso y el triunfo del amor
eint euch in Treue zum seligsten Paar. os unen felizmente en gozosa pareja.
¿Otras opciones?
Estas dos músicas han sonado en las bodas occidentales de los últimos ciento cincuenta años, aunque son muchas las parejas que últimamente empiezan a usar otras músicas ya que después de tanto tiempo consideran que están algo gastadas. Otras, en cambio, siguen eligiéndolas como principio y fin de su boda con la misma ilusión de siempre; no hay que olvidar que, aunque son músicas muy manidas, se trata de obras maestras escritas por dos de los compositores más importantes de todos los tiempos.
Después de más de diez años poniendo música a muchísimas bodas, nosotros seguimos tocando estas dos piezas con la misma ilusión y alegría que nos transmiten los novios a la hora de preparar la música de su boda aunque tenemos que reconoceros que hay dos piezas que están ganando terreno a las tratadas en este post. Dentro de las piezas clásicas el Canon de Johann Pachelbel está sin duda en primera posición y entre las populares es “Viva la vida” de los ingleses Cold Play de las más elegidas. Estas dos piezas se están convirtiendo en fundamentales en las bodas de los últimos años, ¿aguantarán ciento cincuenta años como han hecho las anteriores?