Es en las audiciones gratuitas que realizamos para los novios, o cuando hablamos con ellos en una primera fase para organizar la música de la boda, cuando tratamos de explicar cual es el proceso que seguimos en Grupo Swan.
En ocasiones, acuden a nosotros novios con la lista de piezas completamente elegido, otras parejas tienen alguna canción preferida en mente pero aún no tienen claro qué canciones puede insertar en las distintas partes de la ceremonia, y parejas que sí quieren música en su boda, pero nos confiesan que andan un poco perdidas.
Lo primero que les preguntamos a los novios es si se casan por lo civil, o por la iglesia. Son ceremonias muy distintas, con estructuras distintas y por tanto, la manera de organizar la música de la boda, también es distinta.
En una boda religiosa, lo más importante que hay que hacer antes de empezar a organizar la música hablar con el sacerdote. Él es quien va a oficiar la ceremonia y quien tiene que dar el visto bueno al repertorio que va a sonar en vuestra boda. Hay sacerdotes que aceptan de muy buen grado que en la ceremonia sueñen piezas que no sean estrictamente religiosas o clásicas (bandas sonoras, canciones , etc) y otros que son algo más estrictos y el único repertorio que permiten es el clásico-religioso. Insistimos mucho en este punto porque imaginad qué triste sería que durante meses hubierais estado preparando la música de vuestra boda y media hora antes de la ceremonia, el sacerdote os dijera que ese repertorio no se puede interpretar en su iglesia.
A partir de ahí y ya sabiendo qué repertorio podemos interpretar en la ceremonia, hay que elegir qué piezas irán en cada momento de la liturgia. A nosotros nos parece importante que la boda no se convierta en un concierto, es decir, que la ceremonia no se alargue porque hay una pieza que está interpretando el cuarteto o el coro que dura cinco minutos y hay que esperar a que acaben.
Hay momentos, por ejemplo el ofertorio, la comunión o las firmas, en los que podemos poner temas que suenen enteros, para escuchar la canción que queréis que os recuerde a ese día, o vuestra banda sonora favorita y hay otros momentos, como la consagración, las lecturas, la paz, en los que la música debe sonar de fondo, acompañando las palabras de los novios o del sacerdote pero sin alargar innecesariamente la ceremonia. Imaginad por ejemplo que insertáis en el momento de la paz un fragmento de una obra de Mozart que tiene una duración considerable, y que cuando termináis de dar la mano la música apenas acaba de empezar y hay que esperar un buen rato de pié a que la música termine. En Grupo Swan os aconsejamos qué piezas son las idóneas para cada momento de la liturgia para que haya un correcto equilibrio entre la ceremonia y la música que la acompaña.
En una boda civil es algo más sencillo. Al organizar vosotros la ceremonia hay total libertad para la música de la boda. Podéis escuchar un arreglo que os hagamos de vuestro grupo o película favorita sin ningún problema. Sin embargo, en este tipo de ceremonias, la duda está en cuándo insertar la música ya que al partir de una hoja en blanco, también corremos el riesgo de poner música cuando no quede bien.
Hay momentos que son mucho más bonitos si tienen música de fondo: por supuesto la entrada del novio y después la de la novia, pero también cuando suben los amigos o familiares a decir unas palabras o a recitar un poema queda muy cálido que de fondo suene vuestra música preferida, hace mucho más alegre y emotiva la ceremonia.
En Grupo Swan estamos para ayudaros en todo lo que respecta a la música de vuestra boda, bien sea religiosa o civil y no dudéis que con nosotros la banda sonora de vuestro día sonará perfecta.
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